Fue discípulo de Houssay y profesor en la Universidad de Harvard. Al aceptar la presidencia del CONICET, que desempeñó entre 2002 y 2008, dijo: “El cargo que hoy asumo no es para decorar ni envilecer, trasunta la responsabilidad de servir con amor al progreso de la institución con el amor que enaltece los logros de la ciencia cuando se sirve a la vocación, sin orgullosos dogmatismos, sin excesos tumultuosos, sin saciedades desesperadas, y se sabe esperar la floración de rodillas ante el milagro de una nueva primavera”.
Al regresar al país fue fundamental en el Instituto de Biología y Medicina Experimental (IBYME, CONICET-FIBYME), donde creó un destacado grupo de endocrinología molecular. Allí fue presidente entre 1993 y 2010. Autor de 200 publicaciones internacionales fue condecorado por los Gobiernos de Francia y Brasil, y recibió múltiples distinciones, entre las que se destaca el máximo reconocimiento de la Asociación Química Argentina. En 2013 fue distinguido como Investigador Superior Emérito del CONICET.
Además, fue profesor titular en la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la Universidad de Buenos Aires (UBA), presidente de la Asociación para el Avance de las Ciencias. También ocupó la presidencia de la Academia Nacional de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales entre 2008 y 2010, fue fundador del Foro Estratégico para el Desarrollo Nacional y miembro de la Academia de Ciencias del Tercer Mundo y de la Third World Academy of Sciences (Trieste, Italia).
También, ha sido consultor de la Organización Mundial de la Salud, del Organismo Mundial de Energía Atómica, de los Institutos Nacionales de la Salud (NIH) de Estados Unidos, del Instituto Pasteur de Montevideo y de las Universidades de Pennsylvania (Estados Unidos), Federal de Río Grande do Sul y San Pablo (Brasil).