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Presentación del Proyecto de Ley “Derechos de las Becarias y los Becarios CONICET”

Ante más de 100 participantes, el Diputado Nacional Pablo Carro comentó los detalles de un proyecto que busca dar carácter de ley a derechos que becarios y becarias poseen por reglamento, y otorgar otros nuevos que mejoren su situación presente y futura.


En un encuentro coordinado por la directora del CCT CONICET Córdoba María Angélica Perillo, y la vicedirectora Mónica Balzarini, el Diputado Nacional Pablo Carro presentó ante la comunidad científica local el Proyecto de Ley “Derechos de las Becarias y los Becarios CONICET”, que cuenta con apoyo de veintiocho diputados y diputadas de diferentes bloques políticos y se encuentra en proceso de elaboración. El evento contó con más de 100 participantes de manera presencial y virtual.

A modo de apertura, la directora del CONICET Córdoba compartió novedades recientes en materia de políticas institucionales de interés para la comunidad científica. Luego, el Diputado Carro introdujo la temática central del evento y mencionó que este proyecto reproduce los lineamientos de otro similar, presentado en 2018 por el diputado Roberto Salvarezza y otros diputados y diputadas.

“Este proyecto tiene sentido de continuidad dentro de un conjunto más amplio de proyectos, algunos con aprobación de la Cámara de Diputados, otros que tienen dictamen de comisión pero todavía no fueron aprobados, y otros que ya son ley. El más importante es la Ley 27.614 de Financiamiento del Sistema Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación -aprobada por unanimidad en 2021- cuya meta es llegar al 1% del presupuesto para la ciencia y tecnología en 2032. Este marco legal habilita una planificación económica para el sector CyT que implica, además, una política de protección de sus trabajadores, entre los cuales los becarios y becarias poseen la situación de mayor precariedad. Con el Proyecto ‘Derechos de las Becarias y los Becarios CONICET’, buscamos reconocer por ley derechos que ya poseen -mediante resoluciones y reglamentos- y otorgar otros que están relacionados con el mundo laboral, aunque los becarios no sean trabajadores de la planta permanente”, apuntó Carro.

En relación con el contenido del Proyecto de Ley, detalló: “En primer lugar, establece la actualización del estipendio mensual con relación a los salarios de los investigadores, en proporción del 70% del salario de Investigador Asistente para becas doctorales y del 85% para posdoctorales. En segundo lugar, el pago de un estipendio anual complementario -equivalente a lo que se conoce como aguinaldo-, desdoblado semestralmente. El punto más interesante, en mi opinión, es la posibilidad de hacer aportes para el sistema jubilatorio. Los/as científicos/as en formación pueden pasar entre cinco y ocho años en el sistema de becas. Además, con las modificaciones del reglamento para ingreso a Carrera de Investigador/a Científico, actualmente no hay límite de edad. Puede que quienes ingresen a una edad más tardía tengan menos tiempo para reunir los años de aportes necesarios para jubilarse. Proponemos que una parte del estipendio vaya a los aportes y que el aporte patronal sea cubierto por el MINCyT. Es decir, que quede garantizado un piso jubilatorio mínimo bajo el régimen jubilatorio ordinario y se otorgue una certificación de tareas al finalizar la beca. Por último, se da carácter de ley a la cobertura de obra social”.

Según Carro, diputados y diputadas de diferentes sectores políticos están actualmente en proceso de discusión e incorporación de modificaciones al proyecto planteado inicialmente. Entre estas, la redacción de un capítulo referido a licencias, que asemeje el régimen laboral de investigadores/as: “Se contempla definir algunas licencias especiales -por maternidad y paternidad, adopción, fallecimiento de cónyuge- que impliquen una prórroga de la beca. Otras licencias y ausencias justificadas no conllevarían prórroga, tales como actividades de formación y divulgación, enfermedades o accidentes, estudios y tratamientos médicos, trámites personales impostergables, matrimonio y fallecimiento de parientes consanguíneos”.

Y aclaró: “Aunque originalmente está planteado sólo para becarios y becarias del CONICET, por propuesta del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación estamos analizando invitar a otras instituciones del sistema científico-tecnológico y de las universidades nacionales a adherir a esta propuesta. Más allá de esto, es importante destacar que el grueso de la población de becarios está en CONICET: alrededor de 12 mil en todo el país, lo que constituye un importante universo de beneficiarios/as”

Tras la presentación, se desarrolló un espacio de debate con activa participación de investigadores/as, becarios/as y directores/as de Unidades Ejecutoras presentes. A tono con las expresiones de interés de la comunidad científica, Carro reflexionó: “Tenemos la intención de que el sistema de CyT continúe en expansión, con la firme convicción de que el país no saldrá adelante sin el aporte central de la ciencia. Hoy es el sector que tiene la capacidad de agregar valor a cualquier proceso productivo y quedó harto demostrado con ejemplos como la empresa recientemente creada por Gabriel Rabinovich, o el rol protagónico del CONICET durante la pandemia. Pero los políticos no necesariamente están informados sobre el sistema científico y sus necesidades. Para que este Proyecto se apruebe, es imprescindible construir una masa crítica que plantee la demanda social. Aunque tiene el acompañamiento de veintiocho firmas de diputados/as de distintos bloques políticos -entre ellos Facundo Manes, presidente de la Comisión de Ciencia, Tecnología e Innovación de la Cámara de Diputados -, es crucial que los becarios y becarias se constituyan en sujetos beneficiarios de estos derechos y expresen a sus representantes en el congreso la importancia de que sea ley”.