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Investigadora del CONICET Córdoba miembro de la Global Young Academy
María Mercedes Carón, especialista en los efectos del cambio climático sobre los bosques, fue seleccionada para formar parte de la prestigiosa academia tras un riguroso proceso de evaluación.
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Este mes, un comité completó el proceso de selección de 41 nuevos miembros que se incorporarán a la Global Young Academy por el término de cinco años. Entre ellos, se encuentra la investigadora María Mercedes Carón, del Instituto Multidisciplinario de Biología Vegetal (IMBIV, CONICET-UNC).
La Global Young Academy (GYA) es una organización que conecta y moviliza jóvenes investigadores de los seis continentes, empoderándolos para liderar proyectos internacionales, interdisciplinarios e intergeneracionales. El objetivo de la GYA es amplificar la voz de científicos jóvenes en ámbitos de toma de decisiones a escala global, regional y local.
El proceso de selección para pertenecer a esta academia internacional es muy riguroso. Cada aplicación es evaluada por al menos tres miembros del Comité de Selección en dos rondas sucesivas de revisión. El puntaje asignado a los postulantes se basa principalmente en la excelencia de su investigación científica, así como en su compromiso social.
Luego de seis meses desde que envió su postulación, Carón recibió la grata noticia de que, a partir de junio de 2023, se convertirá en la segunda argentina en incorporarse a esta organización.
“Durante los próximos cinco años, los cerca de 200 investigadores que formaremos parte de la academia trabajaremos en la producción artículos científicos, informes y declaraciones de carácter multidisciplinario que esperamos sean de interés para los tomadores de decisiones. El objetivo es que, del diálogo con investigadores jóvenes de tan distintas trayectorias y bagajes, se generen ideas novedosas y respuestas a las problemáticas actuales. La próxima reunión es en la capital de Ruanda, a la que intentaré asistir presencialmente para sacar el máximo provecho de los intercambios entre colegas, estableciendo preguntas e intereses en común”, comenta la científica argentina acerca de la metodología de trabajo de la GYA.
La especialista manifiesta que entiende a esta experiencia como un punto de inflexión en su trayectoria científica que incidirá en la calidad de sus aportes acerca del manejo y la conservación de los bosques argentinos frente al cambio climático.
A su vez, destaca el potencial multiplicador de participar en la academia, que se reflejará en la formación de recursos humanos y el intercambio con la comunidad científica de los países de origen de los jóvenes investigadores seleccionados.
“Estoy muy contenta de tener esta posibilidad. Lo más enriquecedor será entrar en diálogo con científicos que vienen de campos disciplinares y bagajes culturales realmente distintos. Los miembros de la academia representan a 100 países distintos, con situaciones socioculturales, económicas y ambientales muy diferentes, por lo que hay una multiplicidad de miradas”, expresa Carón.
Y reflexiona: “Creo que la interdisciplina es el futuro de la ciencia, aunque nos cueste llevarla adelante. Es necesario volver a tener un abordaje transversal de los problemas emergentes, que son cada vez más complejos, y que requieren que todos aporten desde su perspectiva”.
Círculo virtuoso: Políticas basadas en ciencia con financiamiento público
En el contexto de crisis climática global, que se traduce en olas de calor como la que está sufriendo Argentina en este momento, se hace palpable la relevancia de las investigaciones desarrolladas por científicos como Mercedes Carón. “Frente a la gran cantidad de incendios forestales en Argentina y Chile, estamos dimensionando la importancia que tiene la conservación de los bosques y la biodiversidad contenida en ellos. Estos brindan una enorme cantidad de bienes y servicios y, de perderlos, se vería significativamente afectada la calidad de vida de las personas. Es lamentable tener que sufrir las consecuencias para tomar consciencia de ello”, manifiesta.
Pero, como señala la investigadora, nunca es tarde para analizar cómo los bosques van a responder al cambio climático y cuáles serán las mejores estrategias para su conservación frente a este fenómeno. “Es muy importante que CONICET esté financiando líneas de investigación como la mía, porque desde el conocimiento científico se puede informar a las políticas de manejo y conservación de bienes naturales a nivel local o regional que permitan asegurar una buena calidad de vida de nuestras sociedades”, añade.
La científica se encuentra actualmente desarrollando un proyecto paralelo a su línea de investigación, en el Instituto Europeo de Bosques, en España. Su propósito es conectar la ciencia con la política, mediante la síntesis de conocimiento y la construcción redes interactorales.
“Espero aplicar en Argentina las habilidades y conocimientos que incorpore en España. Lo ideal sería que los tomadores de decisiones de los gobiernos recuperen la información generada por investigaciones nacionales, financiadas con fondos públicos, para la gestión y conservación del ambiente. Un círculo virtuoso”, concluye Carón.
María Mercedes Carón recibió su título de Ingeniera en Recursos Naturales y Medio Ambiente por la Universidad Nacional de Salta en 2008. En 2014, se doctoró en Ciencias Biológicas Aplicadas por la Universidad de Gante (Bélgica). Desde 2018, es investigadora del CONICET en el IMBIV.
En la actualidad, sus proyectos apuntan al estudio de las dinámicas de tolerancia y regeneración de especies leñosas ante escenarios de cambio climático, desde un enfoque experimental.