CIENCIAS BIOLÓGICAS Y DE LA SALUD

La oferta de plantas nativas cultivadas es insuficiente para cubrir la demanda existente.

Investigadoras del CONICET presentan un libro sobre la necesidad de cultivar plantas nativas, con información técnica y consejos para los productores.


Pasionaria. Foto: gentileza de las investigadoras.

Con cada incendio en las Sierras de Córdoba, se renueva la discusión en relación a la importancia de las especies nativas, su conservación, su propagación y su convivencia o competencia con las exóticas. Sin embargo, este debate que irrumpe episódicamente en la agenda pública sigue sus carriles año tras año en la academia y en diferentes esferas de la vida cotidiana. Atendiendo a esta preocupación Ana Calviño, Lorena Ashworth -ambas investigadoras adjuntas del CONICET en el Instituto Multidisciplinario de Biología Vegetal (IMBIV, CONICET-UNC)- y Cecilia Eynard, docente-investigadora de la Facultad de Ciencias Agropecuarias de la Universidad Católica de Córdoba- editaron “Cultivo de plantas Nativas".

“La esencia de este libro se asienta en la necesidad de proteger, conservar y hacer un aprovechamiento responsable, e inteligente, de la flora autóctona de la zona central de Argentina”, explican las autoras. Con este objetivo, el texto reúne la revisión de diversas fuentes científicas, de divulgación y experiencias de viveristas de la región, así como datos -publicados e inéditos- obtenidos en diferentes trabajos de las investigadoras.

Según las autoras, cada vez son más los proyectos que requieren plantas nativas. Algunos de ellos se enfocan en restaurar sitios donde la vegetación ha sido eliminada o se encuentra muy empobrecida, por alguna acción humana o fenómeno natural, como por ejemplo desmontes, incendios, inundaciones o sobrepastoreo, entre otros. También son empleadas para formar barreras corta viento en banquinas de rutas y caminos, disminuir la erosión del suelo, arbolar las ciudades o proyectos de parquización. Finalmente se utilizan con fines medicinales, para iniciativas educativas en escuelas u ONGs y proyectos de investigación científica.

Sin embargo, de acuerdo al diagnóstico realizado por el equipo, la producción no alcanza a satisfacer la demanda que esta variedad de proyectos suponen. “Esto se debe a que, en parte debido a la falta de información técnica en mano de los cultivadores, no hay un circuito estable de producción de especies nativas, como sí ocurre con las exóticas. Son pocos los viveros que cubren esta necesidad y además se cultivan sólo una centena de especies, que representa una ínfima proporción de la diversidad que tiene la región central del país. Finalmente se prioriza a los árboles pero resulta difícil encontrar arbustos y aún más enredaderas o herbáceas”, explican las biólogas.

Este libro, entonces, intenta responder a la necesidad de sistematización y divulgación de la información disponible acerca de cómo propagar las especies vegetales nativas de la región central de Argentina, para un público amplio y no necesariamente especialista. “Para esto presentamos una recopilación amplia y exhaustiva de 120 especies nativas -46 arbustos, 43 árboles, 15 enredaderas, 12 hierbas, 3 pastos y una palmera- dentro de las cuales 20 son endémicas de Argentina, es decir, que este es el único lugar del mundo donde crecen naturalmente.

Algunos ejemplos de especies endémicas de Argentina tratadas en este libro son la peperina -Minthostachys verticillata-, el tabaquillo (Polilepys australis), y el piquillín chico (Condalia microphylla). La peperina es aromática y medicinal; las cosechas se hacen de poblaciones silvestres y es muy utilizada industrialmente en la elaboración de yerbas aromáticas y bebidas, por lo que se encuentra en riesgo de extinción.

Por su parte el tabaquillo es un árbol que se emplea en la restauración de suelos erosionados en sitios altos donde no muchas especies prosperan. Finalmente el piquillín chico tiene frutos que varían de color dentro de la misma planta -desde el amarillo-anaranjado al rojo-violáceo- y son comestibles frescos, en arrope o licor. Además tienen espinas por lo que son aptas para cercos, como opción nativa en reemplazo de especies exóticas invasoras muy problemáticas como el crató (Pyracantha angustifolia).

En el texto se incluyen, además del diagnóstico y la información técnica, consejos a cultivadores. “A partir del trabajo académico unido a las experiencias de los propios productores, identificamos que es imprescindible plantear objetivos concretos y planificar las actividades a desarrollar. También es importante cuidar de las semillas ya que son un recurso esencial para la conservación de la flora nativa. Finalmente, es muy útil llevar un registro detallado de las actividades de propagación desde sus inicios porque facilita la resolución los problemas que pueden presentarse luego en el cultivo”, sintetizan las autoras.

 

Presentación

El día martes 12 de septiembre, a las 18hs., en el Salón Rojo del Cabildo de Córdoba se presentará el libro “Cultivo de plantas nativas. Propagación y viverismo de especies de Argentina Central”. La presentación contará con la presencia de las tres autoras y de Gabriel Bernardello, director del IMBIV (CONICET-UNC). Además se incluirá una exposición de fotografías de la fauna nativa.

 

Por Mariela López Cordero – CCT Córdoba

 

Sobre investigación.

Ana Calviño. Investigadora adjunta del CONICET en el Instituto Multidisciplinario de Biología Vegetal (IMBIV, CONICET-UNC)

Ashworth Lorena. Investigadora adjunta del CONICET en el Instituto Multidisciplinario de Biología Vegetal (IMBIV, CONICET-UNC)

Cecilia Eynard. Docente-investigadora de la Facultad de Ciencias Agropecuarias de la Universidad Católica de Córdoba