“Necesitamos equipos más diversos para comprender mejor las problemáticas complejas”

El 11 de febrero fue declarado por la Asamblea General de las Naciones Unidas como el Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia, con el objetivo de promover mayor participación y protagonismo de las mujeres en la ciencia e inspirar vocaciones científicas en las niñas. El tema principal de este año, Mujeres y niñas en el liderazgo científico, una nueva era para la sostenibilidad, orienta el debate sobre el rol de las mujeres en la consecución de los tres pilares del Desarrollo Sostenible: prosperidad económica, justicia social e integridad medioambiental.

En ese marco, Natalia Tumas, investigadora del CONICET en el Centro de Investigaciones y Estudios sobre Cultura y Sociedad (CIECS, CONICET-UNC), reflexiona sobre la importancia de la perspectiva de género en la investigación de problemáticas complejas, y sobre la necesidad de contar con mayor diversidad en la comunidad científica.

Nutricionista de grado, magíster en salud materno infantil y doctora en demografía, Tumas se especializa en las relaciones entre las desigualdades sociales y de género con la salud, la alimentación y la nutrición. En el año 2023, recibió el Reconocimiento a Mujeres en Ciencia otorgado por el Gobierno de la Provincia de Córdoba, en la categoría Joven Promesa.

“Para mi doctorado estudié los determinantes sociales y ambientales de la problemática del cáncer de mama. La cuestión del género comenzó a cautivar cada vez más mi atención, no sólo desde el punto de vista académico sino también en lo personal, como mujer. En esa búsqueda, complementé mi formación con capacitaciones en género y salud gracias a una beca de intercambio doctoral (becas Erasmus) que desarrollé en la Universidad de Granada, España. A partir de allí comencé a incorporar la perspectiva de género en mis temas de investigación, y a entender que la dimensión de género es parte indisociable de los determinantes sociales de la salud”, relata la científica.

Equipos más diversos para construir mejor ciencia

Para incrementar la participación de las mujeres en el sistema científico, Tumas apunta a dos instancias clave en el desarrollo de sus carreras: “Hay un aspecto muy importante, desde lo subjetivo, que es el poder imaginarse una misma en determinada posición o beca y postularse. Eso requiere acciones relacionadas con el estímulo a vocaciones científicas, cuestionando los estereotipos de género. Pero, además de fomentar el ingreso, debe haber condiciones de equidad dentro del sistema. Porque es un sistema bastante desigual, con grandes barreras, muchas veces invisibles, sobre todo en el acceso a posiciones de mayor jerarquía. Vemos mayor proporción de mujeres en los estadios iniciales de la carrera científica y, cuando comparamos con niveles jerárquicos superiores, la proporción de mujeres va disminuyendo respecto a los hombres. No hay que mirar sólo la cantidad de mujeres en ciencia, sino también la distribución interna”.

Para ella, que haya más mujeres e identidades diversas de género en la ciencia también contribuye a producir mejor conocimiento. “La subjetividad es algo implícito en la investigación, está presente en todas las etapas de la tarea científica. Las preguntas de investigación que nos hacemos están atravesadas y condicionadas por nuestras experiencias de vida. Necesitamos que los equipos sean heterogéneos, plurales y diversos, para ir más allá en las preguntas que nos hagamos y en la interpretación de los resultados, y así llegar a una mejor comprensión del fenómeno. Sobre todo cuando trabajamos con problemáticas sensibles vinculadas con la justicia social, donde hay discriminación y superposición de vulneraciones, porque el producto que generemos seguramente captará mejor una realidad que muchas veces tratamos de abordar detrás de un escritorio. Los equipos de trabajo son fundamentales, porque la ciencia es colectiva”.

Y agrega: “Con diversidad no me refiero sólo a características de la persona como género, edad, etnia y posición social, sino también a las áreas de formación disciplinar y de desempeño profesional. Una profesional de la salud de un dispensario probablemente tenga una perspectiva sobre la obesidad y la nutrición muy enriquecedora, que complemente la de quienes venimos de un recorrido académico; o de quienes trabajan en una ONG que asiste a personas en contextos de vulnerabilidad. A esto apunta la co-construcción del conocimiento, así como la comunicación pública de la ciencia, para achicar las brechas entre la sociedad y las ciencias”.

Abordajes holísticos de realidades complejas

Durante su beca posdoctoral del CONICET, Tumas investigó las transiciones nutricionales que ha experimentado la población argentina en las últimas décadas, es decir, cómo se modificó su estado nutricional desde el bajo peso a la obesidad. “Luego, obtuve una beca postdoctoral Marie Skłodowska-Curie para analizar las desigualdades sociales y de género en el exceso de peso en distintos países de Iberoamérica, desde una perspectiva interdisciplinar, interseccional e intersectorial. En ese marco, incorporé a mi propuesta el análisis de políticas públicas, tomando como caso de estudio las políticas para prevenir el exceso de peso en México, que es el país de la región más afectado por esta pandemia. Me parece interesante observar distintos angulares de un mismo fenómeno, que permitan comprender mejor problemáticas complejas como la obesidad, el cambio climático y muchas otras”, reflexiona.

Actualmente, la investigadora dirige el proyecto Brechas de género en la distribución social del estado nutricional en la adultez en Argentina (2005-2018), financiado por la Secretaría de Ciencia y Técnica de la UNC. “Vamos a identificar la diferencia en la prevalencia de desnutrición, obesidad y sobrepeso entre varones y mujeres, por clase social. Tratamos de cuantificar y explicar porqué esta brecha es más amplia en algunos grupos sociales que en otros, analizándolo con perspectiva de género”.

Además, forma parte de la Red Latinoamericana de Salud Urbana y el Grupo de Investigación en Desigualdades en Salud, Ecología - Employment Conditions Network (GREDS-EMCONET), que abordan las problemáticas de desigualdades de salud en ciudades, en el contexto del cambio climático, así como de distintos equipos a nivel local. “Los fenómenos de salud y alimentación que investigamos ocurren en el marco de la crisis socio-ecológica. Muchas variables ambientales están poniendo desafíos adicionales a las sociedades. No es igual la ola de calor que estamos pasando para quienes viven en un asentamiento que para alguien que vive en un barrio privado con aire acondicionado, y eso impacta también en la salud. La idea es sumar capas al análisis”, señala Tumas.

Y concluye: “Hay un gran potencial en la transdisciplina para abordar de manera holística una realidad compleja, atravesada por múltiples factores que operan en simultáneo. Eso requiere no sólo de equipos constituidos por profesionales de diferentes disciplinas, sino también por personas que se desempeñen en diferentes sectores y que puedan hacer las conexiones, las interrelaciones. Creo que parte de las soluciones que necesitamos en el país y en Latinoamérica pueden encontrarse en estos abordajes transdisciplinarios que, en la práctica, son claves para entender los problemas sistémicos que tenemos”.