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VINCULACIÓN TECNOLÓGICA
Especialistas del CONICET Córdoba lideran proyectos ganadores del Concurso Nacional de Innovaciones INNOVAR
De las 97 iniciativas distinguidas en 2023, tres están encabezadas por científicos y científicas del CONICET Córdoba. Fueron destacados en las categorías Investigación Aplicada, Desarrollo Sustentable y Energía, y Salud.
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En septiembre de 2023 se otorgaron los premios a los proyectos ganadores de la decimoctava edición del Concurso Nacional de Innovaciones INNOVAR. Entre las 97 iniciativas premiadas en todas las categorías, tres están encabezadas por científicos y científicas del CONICET Córdoba.
El Concurso INNOVAR es una iniciativa que fomenta la innovación y premia a quienes se atreven a inventar, diseñar y mejorar productos y servicios a nivel federal. Los proyectos son distinguidos con el objetivo de impulsar y promover invenciones de alto impacto social y comercial; potenciar emprendimientos de base tecnológica; dar visibilidad a procesos, productos patentados o patentables en Argentina y/o el exterior y servicios que conlleven una demostrada generación de valor; y continuar fortaleciendo el desarrollo de una cultura innovadora nacional.
CATEGORÍA INVESTIGACIÓN APLICADA: “Secadero solar de madera para madera” de Paula Peyloubet, investigadora del CONICET en el Centro de Investigaciones y Estudios sobre Cultura y Sociedad (CIECS, CONICET-UNC).
Comparten esta distinción la Asociación de Carpinteros de Concordia, la UTN Facultad Regional Concordia y el Equipo de Investigación GIESMA, FCENA-UNNE. Estas instituciones, junto al equipo del CIECS, llevaron a cabo el proyecto en un ejercicio de vinculación tecnológica que demuestra los beneficios de las alianzas entre el sector productivo y el sector científico-tecnológico.
“La producción de madera local destinada al mercado interno, en general, no cuenta con un secado regular y óptimo. Surge así la propuesta de un Secadero Solar de madera, necesario para garantizar calidad en más corto tiempo y sin recurrir al alto consumo energético propio de los secaderos tradicionales, contribuyendo a la rentabilidad económica de emprendimientos emergentes del rubro. El desarrollo del Secadero Solar, en el marco de un proceso colectivo, no se limita a su aspecto artefactual, sino que está comprendido por tres componentes innovadores: ambientales, socio-productivos y económicos (comerciales)”, indica Peyloubet.
“Desde lo ambiental -prosigue la investigadora-, el diseño consiste en un colector de energía solar que calienta el aire proveniente del ambiente y una cámara de secado donde se distribuye la madera estibada. Este mecanismo que aprovecha la energía renovable es sustentable, de bajo costo y bajo mantenimiento. Para automatizar su funcionamiento, se desarrolló un sistema de control que utiliza diferentes tipos de sensores que miden la humedad relativa del aire, las variaciones térmicas, la presión atmosférica, y el flujo másico de aire. Otro aspecto novedoso del Secadero es la utilización de componentes prefabricados de madera de la región (Eucaliptus grandys), para lo que se ajustó el diseño en función de la matriz productiva existente que deriva en tablas de sección pequeña, lo que a su vez les otorga valor agregado”.
Según Peyloubet, el desarrollo del Secadero Solar se realizó bajo un enfoque de co-construcción, donde los diversos actores colaboran de manera participativa y horizontal en la construcción del conocimiento a partir de sus propios saberes, prácticas y experiencias. “Este tipo de procesos permite que el resultado no reproduzca los valores de las tecnologías de dependencia sino, por el contrario, promueve formas socio-productivas asociativas, cooperativas y solidarias”.
CATEGORÍA DESARROLLO SUSTENTABLE y ENERGÍA: “BioPanel” de Natalia Evelin Fernández, becaria doctoral del CONICET en el Centro Experimental de la Vivienda Económica (CEVE, CONICET-AVE).
“El proyecto BioPanel consiste en la fabricación de un panel aislante multicapa a partir de la reutilización de residuos urbanos que contienen lignocelulosa, aglutinados con micelio de hongos. El objetivo es reemplazar algunos aislantes térmicos derivados del petróleo, como el poliestireno expandido, la lana de vidrio o las espumas poliuretánicas, que impactan de manera negativa en el ambiente. El BioPanel es completamente orgánico, posee propiedades de repelencia de insectos y es biodegradable al finalizar su vida útil”, explica Fernández.
El desarrollo de BioPanel fue realizado por un equipo transdisciplinar compuesto por integrantes del Centro Experimental de la Vivienda Económica (CEVE, CONICET-UNC) y del Instituto Multidisciplinario de Biología Vegetal (IMBIV, CONICET-UNC). Además, colaboraron otros actores de la sociedad, como las cooperativas que facilitaron los residuos que se utilizaron como materia prima y el emprendimiento que proveyó las semillas miceliadas (ProFunga).
Consultada por los potenciales impactos de BioPanel, Fernández asegura: “Las aplicaciones en la industria de la construcción son amplias, ya que se trata de un material moldeable y adaptable para la creación de paneles multicapa según los requerimientos climáticos de cada zona del país. Por otro lado, el BioPanel también presenta la versatilidad de utilizar residuos agrícolas e industriales, lo que facilita el escalamiento y la sustentabilidad de los procesos en relación con la disponibilidad local de materiales, contemplando la huella de carbono que produce el transporte de insumos”.
Y añade: “En marzo de 2023 iniciamos los trámites de patentamiento, tanto del procedimiento de fabricación del material como del material en sí mismo. También se están iniciando los trámites de Certificación de Aptitud Técnica en la Secretaría de Hábitat de la Nación, lo que posibilitará la transferencia a los diferentes sectores productivos de la sociedad”.
CATEGORÍA SALUD: “Pill-AR” de Juan Pablo Real, investigador del CONICET en la Unidad de Investigación y Desarrollo en Tecnología Farmacéutica (UNITEFA, CONICET-UNC).
“Desde Pill-AR, creamos una plataforma que permite que, en cada punto de atención al paciente, pueda existir una planta productora de formas farmacéuticas sólidas (FFS) a escala individualizada y con la misma calidad que ofrecen los laboratorios tradicionales. La principal ventaja de este modo descentralizado de producción es la posibilidad de personalizar los tratamientos ajustando dosis, creando formas sólidas orales palatables para niños o animales, combinando varios activos en un solo comprimido e, incluso, incorporando tecnología para el monitoreo de los pacientes”, señala Real.
Los potenciales beneficiarios de esta tecnología serían aquellos pacientes que necesiten adaptar los medicamentos a sus necesidades particulares: pacientes crónicos y polimedicados, adultos mayores, personas con insuficiencia renal, hepática o índice de masa corporal elevado, entre otros. “La personalización implica costos demasiado elevados para la industria farmacéutica, por lo que actualmente se ofrece sólo en farmacias magistrales, aunque con métodos manuales que producen variabilidad en la calidad de los medicamentos obtenidos. Mediante nuestro desarrollo, es posible llevar la calidad estandarizada a cada farmacia, para tener todo lo bueno de la farmacia magistral combinado con las ventajas de la industrialización”, sostiene el investigador.
La plataforma de Pill-AR es la conjunción de tres elementos. En primer lugar, una impresora 3D que permite la producción automatizada bajo estándares internacionales de calidad. Esta utiliza un método de impresión creado por el equipo, denominado MESO-PP®, cuya patente pertenece a la Universidad Nacional de Córdoba y al CONICET. En segundo lugar, un software integrado que permita la interconexión de la farmacia con los médicos (para recibir las prescripciones) y con los servidores del emprendimiento. Finalmente, cuenta con cartuchos cargados con una combinación de excipientes y activos farmacéuticos, que alimentan la impresora y son necesarios para la elaboración de los medicamentos personalizados.
“Pill-AR ya está conformada como empresa de base tecnológica del CONICET, recibió recientemente una inversión que posibilitará obtener nuevos registros de propiedad intelectual y comenzar a comercializar la plataforma. Para eso se están realizando pruebas de validación en terreno, en farmacias magistrales, para demostrar efectivamente que con esta tecnología es posible producir medicamentos en menor tiempo y con mejor calidad que en la actualidad. En paralelo, la empresa está trabajando en vinculación con un laboratorio para ofrecer el primer producto farmacéutico argentino por impresión 3D, así como con clínicas y farmacias interesadas en la tecnología. Estas servirán de prueba piloto para la validación en terreno”, declara Real.