EFEMÉRIDES-20 de Junio

20 de Junio- Paso a la inmortalidad del General Manuel Belgrano

Transcurridos 202 años del paso a la inmortalidad de Manuel Belgrano, cada 20 junio celebramos el “Día de la Bandera” en su memoria.


Pero ¿por qué celebrar a la bandera? Debemos pensarla como un símbolo de identidad nacional construido a través del tiempo. La bandera fue creada un 27 de febrero de 1812, en una coyuntura bélica en la que los criollos necesitaban un distintivo para el campo de batalla. Así lo manifestaba Belgrano en el Oficio que manda al Gobierno de Buenos Aires: “Siendo preciso enarbolar Bandera, y no teniéndola la mandé hacer blanca y celeste conforme a los colores de la escarapela nacional…”

Nuestra insignia sufrió cambios a lo largo del tiempo, ya que no estuvo ajena a las tensiones inherentes al complejo proceso de conformación de nuestro Estado Nacional. Fue empleada como elemento de cohesión, al ser reconocida por el Congreso de Tucumán en 1816 y ser usada por San Martín como enseña para el Ejército de los Andes en 1817; o cómo uno de división en la época de la Confederación, ya que Rosas cambió el celeste por el azul para diferenciarse del gobierno Unitario.

En ese sentido, este día es una oportunidad para reflexionar en torno a los símbolos patrios como una construcción social de la identidad nacional. La bandera celeste y blanca, como símbolo y representación de "lo argentino", desde un análisis simbólico, nos refiere a un cúmulo de significados culturales que se entrelazan a lo largo de nuestra historia.

Los símbolos patrios, forjados en el siglo XIX al calor de revoluciones y transformaciones político - institucionales de gran envergadura, funcionaron como identificadores del sector dirigente de la sociedad argentina en formación. En primer lugar, se necesitaron como refuerzos de las ideas revolucionarias de la época, para diferenciarse del enemigo realista.

Luego, con el devenir del siglo XIX y el reforzamiento del pensamiento nacionalista, los símbolos patrios sirvieron de aglutinante para llevar a cabo el objetivo primordial de la clase dirigente argentina: la creación de ciudadanos y su identificación con la patria. En ese sentido, el rol que tuvo la instrucción primaria y la educación en general fue fundamental para el reforzamiento colectivo de las creencias nacionalistas.

Para la década de 1930, durante la “Década Infame”, el Estado impone prácticas sociales que giraron en torno al reforzamiento de los sentimientos nacionalistas. Entre ellas, se instituye la práctica escolar de la promesa a la bandera., ritual mediante el cual los/as alumnos/as de escuelas primarias dicen "¡Sí, prometo!” Luego de la frase: “Prometes ser leal a nuestra bandera, a los valores de libertad, igualdad y solidaridad que ella simboliza. A ser un ciudadano/ciudadana que respete en todas sus diferencias aquellos que habitan en nuestro suelo”.

Es interesante entonces pensar cómo la bandera se constituye en el símbolo patrio más importante de nuestra nación, ya que no se le promete lealtad al himno, al escudo nacional… ¡Ni siquiera la Constitución o la República!

En la actualidad, es interesante pensar que las nuevas tecnologías y formas de expresión cuyas dinámicas comunicativas se componen de ritmos cambiantes, el símbolo se transforma en ícono y su carga cultural y simbólica se transmite cada vez más rápido. Así, podemos pensar la presencia de la bandera en un "emoji" o como ícono de una conversación virtual, en la cual se condensan un largo proceso histórico de construcción de significados en torno a "lo argentino".

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Escrita por la doctoranda Constanza Labate miembro del Instituto de Estudios Históricos (IEH)